Tras superar el reto de cruzar Pamplona sin perdernos (como nos paso otra vez...) nos dirigimos a Euskadi entrando por Vitoria y tras hacer el puerto de Barazar que es de lo mas divertido pero plagado de radares vamos dirección Bilbao, ciudad que rodeamos por su circunvalación, uno de los tramos mas aburridos, mucho trafico y un radar cada 5Kms, no os engaño, ¡es una pasada!
El resto del viaje hasta la hora de comer transcurre por la autovía del Cantabrico, una autentica montaña rusa.
La siguiente parada es en Santillana del Mar, que ni es santa, ni es llana ni tiene mar, eso si, es muy turístico y destaca por su casco antiguo muy bien conservado.
Para llegar a los Picos de Europa volvemos a coger la autovia hasta que termina en Unquera. Llegado a este punto los paisajes son impresionantes, a la derecha la ria y a la izquierda las montañas.
La carretera que nos lleva a Potes es muy ratonera e impresiona por estar metida en una garganta estrecha entre dos montañas.
Llegamos a un mirador para descansar un poco y nos encontramos con unos nativos que nos advierten del calor que hace en la vila de Potes, o es que el vino que tiene Asunción ni es blanco ni es tinto ni tiene color... Tras las fotos de rigor con el salmón que hay en dicho mirador nos ponemos manos a la obra de nuevo, estamos apunto de llegar, la carretera y el paisaje se abren, ¡estamos en Potes!
En el hotel dos sorpresas... la mala: "por AlexGP no me viene nada... pero tenemos habitaciones libres, no hay problema" volvemos a oír la frase "mierda de pais" y la buena...el hotel tiene piscina, así que descargar las motos y al agua patos!
Tras un paseo breve por el pueblo cenamos en un lugar típico del pueblo, excelente elección.
Después pacharán y a dormir.
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